Calavera a Arcioprea
La vieja calaca, tilica y flaca
en un ataque de ociosidad
se puso a ver en su Death Note
a quien se podría llevar.
Así fue que la pelona pensando
en su mayor comodidad
decidió que la señorita arcioprea
le sería de utilidad.
“Pan comido” ella pensó,
señalando en un mapa,
el lugar donde laboraba
su próxima accidentada.
Para ir a Lomas Altas,
-casi hasta el fin del mundo-,
decidió el camión tomar,
de Constituyentes inmundo.
El vehículo que la transportaba
terminó valiendo un comino
estalló en llamas el pecero
y nunca se vio un bombero.
Espantada y chamuscada
llegó la muerte a su destino,
maldiciendo por siempre
haber elegido con tan mal tino.
Pero tanto había tardado
en subir por la pendiente
que en aquella oficina
no había nadie presente.
(Sólo un gatito buena onda
de muy simpática faz
que no alentó a la parca
a abandonar su plan).
Así pues, suspirando
la calaca se resignó
a tomar un taxi vocho
que casi nada avanzó.
“¿Qué es lo que pasa?”
la muerte preguntaba
y es que Traficopochtli
un bloqueo le mandaba.
Mil horas después
a Tacubaya llegaban
la cuenta era tan grande
que la parca ya chillaba.
Muy entrada la noche
la calaca por fin tocó
a la puerta de una torre
y Diana le abrió.
“Santo niño de Atocha
de la qué barbaridad”
exclamó al verla
con naturalidad.
Pero la muerte no tenía
pizca de buen humor
así que se dispuso
a realizar su labor.
En eso estaba
levantando la guadaña
cuando hasta ella llegó
una fragancia extraña.
Se trataba de unas viandas
cocinadas previamente
que llamaron la atención
de la inoportuna muerte.
Sin pensar en modales
se puso a devorar
todo lo que encontraba
y así siguió sin parar.
Cuando por fin terminó
hinchada en glotonería
no pudo sino felicitar
a Arcioprea por su maestría.
Nuestra heroina ya estaba
pensando en su salvación
pero la parca tenía
otros planes en consideración.
Para terminar
esta larga narrativa
hay que aclarar
que la calaca fue proactiva.
(No es necesario
contar todos los detalles
pues es muy probable
que muchos se desmayen.)
Cumpliendo su propósito
mucho se alegró
de que al final del día
un gran objetivo logró.
Ahora en el inframundo
que es donde ella habita
hay un lugar fecundo
en confites y delicias.
Se llama Fidencio Augusto
el establecimiento en cuestión
y allí se encuentra Acioprea
divirtiéndose un montón.
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